sábado, 27 de julio de 2013

DOMINGO CANDIA. Pintor




Autorretrato, óleo 1924.

DOMINGO CANDIA. Pintor

Nació en la ciudad de Rosario, Pcia. de Santa Fe, República Argentina, el 27 de Marzo de 1897.
Abandonó la carrera de ingeniería para a la creación pintura.
En Rosario, asiste al taller del profesor y pintor Enrique Schwender.


En 1914 en pleno comienzo de la Primera Guerra Mundial, viaja a Europa, estudió en Florencia durante ocho años, con Giovanni Costetti, en París entabló amistad con el escritor Giovanni Papini, profesor de Augusto Schiavoni, Manuel Musto y César Caggiano.












Recibe la influencia de la escuela francesa del siglo XlX, también de los “Machioli”, y del revolucionario comienzo del Futurismo.
Se interesa por la obra de Paul Cézanne, la cual lo llevó a interesarse y reflexionar acerca de la estructura compositiva y el orden.

No dejando de lado a Jean Ingres y Georges Seurat.

En este viaje tomó amistad con el escultor Medardo Rosso y los argentinos Pablo Curatella Manes, Ramón Gómez Cornet, Manuel Musto y Xul Solar, entre otros.

En 1922, viaja a la Argentina, en 1924, envía al “Vl Salón de Otoño”, la obra Autorretrato (Obra reproducida en la revista de Rosario: “El Círculo”).

Las pinturas de este período, aún demuestran rastros de la rigurosidad formal clásica y del naturalismo romántico derivados de la mancha, provenientes de la formación recibida en Italia por Costetti.












En 1924 retorna a Europa atrapándolo París, durante un período trabajo de sereno. Asistió a los cursos del escultor Antoine Bourdelle.

Candia en esta época comienza a ser tenido en cuenta y se  incorpora al ambiente artístico europeo.
En su obra comienza aparecer motivos urbanos, calles, casas, puentes fábricas, con efectos de la Perspectiva: se vale de una paleta de tonos bajos y abundante materia.

Lo social adquiere significación con la representación de figuras de trabajadores empequeñecidos.

Es indudable la influencia recibida de André Lothe en casi todos los artistas de ese momento.










En la década del´30, se interesa e investiga el espacio, activa las obras con cortantes y fuertes oblicuas y líneas de fuga muy perspectivadas.

La actividad de este dinamismo se compensa por un refinado uso del color, surgiendo netos volúmenes con desnudos, paisajes y figuras.
Siente admiración y encuentra modelos en los artistas: Jean Metzinger, Jacques Villon, Marcel Duchamp y Fernand Léger.







Desde 1930 hasta 1950, alterna su estadía entre Francia y Argentina, contacto necesario para mantener presencia en salones.

En 1933 para estudiar a los pintores flamencos viajó a España y Bélgica, pasando una breve temporada en Aix, Provence. Su paleta se volvió más clara.

Este mismo año; por un breve período, retorna a la Argentina, realizando una retrospectiva en Galería Müller, la cual fue totalmente ignorada.

A causa de la Segunda Guerra Mundial, en 1943 retorna a su país  junto a muchos pintores de su nacionalidad; para instalarse en Buenos Aires.
En 1958 obtiene el Primer Premio en el Salón Nacional.

En 1966, la Academia Nacional le otorgó la máxima distinción de nuestro país, el premio “Dr. Augusto Palanza”.





1952 óleo El gran árbol  óleo 60x70

En 1970, se realiza una muestra
retrospectiva de su intensa labor, llevada a cabo entre 1917 y 1969; en el Museo Castagnino, repetida en el museo de Córdoba, en Buenos Aires, París y Londres.
Obra en el Museo Castagnino: “Autorretrato”.

Desde 1930 hasta la década 1950, alternó su estadía entre Argentina y Francia; finalmente se radicó definitivamente en París.

Falleció en París, el 17 de Noviembre de 1976.










Obra
Considerado precursor de las corrientes modernas artísticas, verdadero rebelde, unirá la precisión temática del realismo con inquietantes aportes fantásticos, casi mágicos, haciendo una obra muy personal.














Hábil colorista, pintor de paisajes, naturalezas muertas, composiciones con figuras geometrizadas, dominancia planística y alta síntesis.
Caracterizó toda su producción; el modo de aplicar el color a modo de superficies fragmentadas como embaldosados.
Con formas armónicas y equilibradas, pero no por ello exentas de dinamismo estructural, se acercó a la abstracción sin abandonar nunca el referente de la realidad.
Fuentes y Bibliografía: Prof.\Lic. Arnoldo Gualino 

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